Una historia de amor que comenzó con violencia, caos y mucho loot
Cuando Borderlands llegó al mercado en 2009, marcó el inicio de una nueva era en los juegos cooperativos. La combinación entre disparos frenéticos, humor ácido y un mundo postapocalíptico lleno de locura fue una fórmula irresistible para muchos jugadores. Para algunos, como el autor original de esta historia, significó una conexión personal profunda con la saga.
A pesar de que era menor de edad cuando el primer juego se lanzó, eso no impidió que se obsesionara con él gracias a su primo. Años después, con la llegada de Borderlands 2 en 2012, esta pasión se volvió aún más intensa. El segundo juego no solo mejoró lo ya existente, sino que también se convirtió en un vínculo importante entre amigos y compañeros de cuarto, formando recuerdos imborrables en Pandora.
Esa época dorada del cooperativo en consolas, las incontables tardes farmeando jefes y explorando cada rincón del mapa dejaron una huella que parecía imposible de borrar... hasta que llegó Borderlands 3.
Humor forzado, exceso de loot y personajes poco carismáticos alejaron a los fans
En 2019, el anuncio de Borderlands 3 generó una ola de hype en la comunidad gamer. Era el regreso de una franquicia legendaria. Sin embargo, el entusiasmo inicial se transformó rápidamente en decepción. Los problemas eran claros: un humor exagerado y obsoleto, una sobrecarga de loot que restaba impacto a las recompensas, y personajes que no lograban conectar con los fans de antaño.
Muchos coincidieron en que el humor de Borderlands 3 parecía inspirado en la fase más agotadora de Rick and Morty. En lugar de conservar la crítica social y el tono satírico de entregas anteriores, el juego cayó en la trampa del chiste fácil y repetitivo. Para jugadores que habían madurado con la saga, esto se sintió como una desconexión total.
Además, los nuevos Vault Hunters no lograron llenar el vacío de leyendas como Zer0 o Mordecai. FL4K, por ejemplo, prometía mucho pero no logró convencer. Y por si fuera poco, el exceso de armas sin sentido diluyó lo que antes era uno de los grandes placeres del juego: encontrar ese rifle perfecto que cambiaría tu partida.
El desencanto fue tan fuerte que ni las expansiones ni los ports lograron revivir el interés
Después del lanzamiento, Borderlands 3 se convirtió en un caso de estudio sobre cómo no manejar una secuela esperada. Aunque algunos DLCs recibieron buenas críticas, la mayoría de los jugadores no regresaron. Incluso con las mejoras técnicas en PS5 y Xbox Series X, el daño ya estaba hecho.
Para muchos fans, Borderlands pasó de ser una saga imprescindible a un recuerdo borroso. Algo que se amó en la adolescencia pero que no logró evolucionar junto a su audiencia. La emoción por nuevas entregas simplemente desapareció. Y en ese silencio, Gearbox parecía haber perdido su chispa creativa.
Pero el tiempo lo cambia todo. Y la industria, al igual que los jugadores, también puede aprender de sus errores.
Un marketing sólido y avances prometedores devolvieron la fe de los fans
Cuando Borderlands 4 fue anunciado en Gamescom 2024, muchos simplemente lo ignoraron. Parecía un intento más por exprimir una franquicia ya desgastada. Sin embargo, algo cambió. Las primeras impresiones de la prensa especializada empezaron a mostrar un panorama distinto.
Medios como VG247 lo calificaron como “una ruptura audaz” con respecto a las entregas anteriores. Otras publicaciones lo elogiaron por su guion más cuidado y estructura más enfocada. Las promesas de una jugabilidad renovada, con mayor movilidad, diseño de mundo abierto y una nueva aproximación a los Vault Hunters, encendieron nuevamente la curiosidad.
Los tráilers comenzaron a dejar huella, y el escepticismo dio paso a la emoción. Para muchos, incluido el autor de esta historia, la esperanza renació. Y ese entusiasmo tuvo un efecto colateral inesperado: el deseo de volver a intentar jugar Borderlands 3.
Una segunda oportunidad, una nueva perspectiva y una reconciliación inesperada
A veces, el contexto lo es todo. Ver Borderlands 3 con nuevos ojos, motivado por la emoción que genera su secuela, puede cambiar completamente la experiencia. Así ocurrió para quien, seis años atrás, había jurado no volver a tocar ese juego.
Gracias a una oferta irresistible durante las rebajas de verano en Steam, y con expectativas en el piso, decidió instalarlo de nuevo. Lo que comenzó como una simple curiosidad se convirtió en una redescubierta. Esta vez, con el volumen de diálogos bajado y un podcast de fondo, la jugabilidad y el diseño del juego brillaron por sí solos.
El gunplay, el sonido, el ritmo de las misiones… todo fue mucho más disfrutable cuando se ignoraban los elementos que tanto habían molestado antes. En lugar de centrarse en el humor fallido o las historias poco interesantes, se abrazó la diversión pura del combate y el loot. Así, Borderlands 3 encontró su redención, no porque haya cambiado, sino porque el jugador lo abordó desde otro ángulo.
En Mexgamer.com seguimos de cerca todas las noticias sobre el mundo del anime y los videojuegos, y no podíamos dejar pasar esta historia de redención gamer. Borderlands 4 no solo promete revitalizar una franquicia dormida, sino que también está logrando reconciliar a muchos fans con su pasado. La lección es clara: a veces, todo lo que necesitas para volver a amar una saga... es un poco de hype bien dirigido.
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