Desde su primer día de desarrollo, Shinobi: Art of Vengeance fue pensado como un tributo a la esencia de la saga
Cuando Lizardcube recibió la aprobación para trabajar en Shinobi, sabían que no se trataba de cualquier proyecto. Para Ben Fiquet, CEO del estudio y director artístico del juego, Shinobi no era solo una franquicia más: era una parte de su infancia, de su cultura gamer. Desde el inicio, el objetivo fue claro: capturar lo que hizo especial a la serie original, desde su estética y ritmo arcade, hasta la sensación heroica de su protagonista enfrentando monstruos y soldados.
Durante el primer año de desarrollo, el equipo se centró en estudiar a fondo los juegos anteriores, desde los diseños hasta las mecánicas. Pero también exploraron lo que la franquicia significaba para los fans, incluyendo arte creado por la comunidad y teorías expandidas que ayudaron a definir el tono del juego.
Una dirección artística inspirada en el arte japonés tradicional, el estilo francés y la animación dibujada a mano
Lizardcube se ha ganado una reputación por sus juegos en 2D con un estilo visual muy distintivo, y Shinobi: Art of Vengeance no es la excepción. Fiquet señaló que su objetivo fue llevar la animación 2D tradicional al siguiente nivel, aprovechando las capacidades gráficas modernas para crear un juego que se sintiera artesanal pero con tecnología de punta.
El estilo gráfico elegido toma elementos del arte japonés como el sumi-e y la pintura con pinceladas de tinta, fusionado con una sensibilidad europea. Cada movimiento, cada expresión y cada fondo tiene un trazo artístico intencionado. Esta decisión no solo realza la identidad visual del juego, sino que establece una conexión directa con la herencia cultural del personaje y su mundo.
Cada nivel ofrece una ambientación distinta, con nuevos obstáculos y enemigos, sin perder el ADN de la saga
Uno de los aspectos más trabajados de esta entrega es la variedad y riqueza de escenarios. Desde el clásico bosque de bambú —presente desde la primera entrega arcade de 1987— hasta ciudades modernas con luces de neón, bases militares, desiertos y paisajes tradicionales japoneses, el mundo de Art of Vengeance es amplio y dinámico.
Fiquet explica que el objetivo era evitar que el juego se sintiera repetitivo. Cada etapa introduce nuevos retos: trampas, enemigos únicos, o mecánicas de exploración distintas. A pesar de la modernización, la estructura conserva esa “vibra de película de acción de los 90” que ha sido un sello de Shinobi. Hay un villano, una amenaza global, y un héroe decidido a detener el mal. Así de simple, así de poderoso.
Una historia sencilla pero efectiva, diseñada para potenciar la acción y capturar el estilo de los títulos clásicos
En Shinobi: Art of Vengeance, la historia no busca reinventar la rueda. Al contrario, su diseño se inspira en los títulos de los años 90, donde la narrativa era directa: el enemigo ataca, el héroe responde. Este enfoque intencional ofrece una base sólida para la acción, sin desviar la atención del gameplay.
La narrativa, aunque simple, se apoya en el carisma de los personajes y en los momentos visuales. El objetivo es claro: hacer que el jugador sienta que está protagonizando una película de acción dibujada a mano. Esa sensación se acentúa con cada combate, cada animación y cada transición entre niveles. No se trata de contar una historia compleja, sino de vivir una aventura intensa.
Una visión coherente que busca dejar huella sin alterar la identidad del material original
Lizardcube tiene una filosofía clara: hacer juegos en 2D de alta calidad, respetuosos con los jugadores y con las licencias. Para lograrlo, se sumergen en el estudio del material original, entrevistas de desarrolladores clásicos, y también se apoyan en las creaciones de los fans. Esta visión de desarrollo colaborativo y multidimensional les ha permitido crear un producto que no solo se ve bien, sino que se siente auténtico.
Además, el estudio quiso que su marca artística quedara reflejada en el producto final. Fiquet lo resume así: “Queremos hacer juegos especiales, que se reconozcan por su atención al arte y la animación”. En un mundo dominado por los motores 3D, Shinobi: Art of Vengeance se alza como una joya artesanal, que demuestra que el 2D no ha perdido ni un ápice de relevancia.