Escuchar música puede beneficiar al sistema cardiovascular tanto como hacer ejercicio o tomar ciertos medicamentos.
Al escuchar música el cuerpo libera dopamina, la misma hormona que se libera en el cerebro con las actividades más excitantes y placenteras.
El astronauta Chris Hadfield lanzó en 2015 el primer álbum con canciones grabadas completamente en el Espacio.
Leo Fender, quien desarrolló la primera guitarra y bajo eléctrico de cuerpo sólido, nunca aprendió a tocar ninguno de los dos instrumentos.
El instrumento más caro del mundo es un violín Stradivarius, apodado Lady Blunt, fabricado en 1741 y vendido en 2011 por 15.9 millones de dólares.
Si todavía no eres consciente del poder de la música, debes saber que cantar o tocar instrumentos puede ayudarnos, incluso, a afrontar una depresión o a conciliar el sueño.
Además, el cerebro entiende que, si cantamos, no hay ningún peligro a nuestro alrededor, por lo que, automáticamente, disminuye la ansiedad.
Por otro lado, la música aumenta nuestro rendimiento al hacer deporte. Incrementa nuestra resistencia, sobre todo si pertenece a géneros como el rock o el tecno.
la música también mejora la capacidad de lectura y el vocabulario. De allí que quienes tienen formación musical desde niños tengan mejor capacidad de lectura y posean un mejor vocabulario y léxico.
Como otra curiosidad, nuestro gusto musical se define a los 20 años y el tipo de música que escuchamos afecta a nuestra percepción del mundo. Por tanto, escuchar música alegre ayuda a tener una percepción del mundo más positiva que aquel que escucha música triste.