Ninja Gaiden: Ragebound no solo revive la esencia del clásico de 1989, sino que la lleva a un nivel superior.
El anuncio de Ninja Gaiden: Ragebound en The Game Awards 2024 fue recibido con entusiasmo por los fans, quienes no podían esperar a ver cómo The Game Kitchen —conocido por Blasphemous y su secuela— reinterpretaría una saga legendaria. Ahora, tras su lanzamiento, podemos confirmar que este título no solo cumple con la nostalgia, sino que ofrece una propuesta fresca y emocionante.
La combinación de combates intensos, un ritmo frenético y un apartado visual en pixel art de primer nivel, convierten a Ragebound en un verdadero referente del género. Además, logra equilibrar la dificultad desafiante que caracteriza a Ninja Gaiden con mecánicas más accesibles para los nuevos jugadores.
El sistema de combate mantiene la esencia retro, pero añade innovaciones que enriquecen la experiencia.
El protagonista, Kenji —discípulo de Ryu Hayabusa—, cuenta con un esquema de control similar al de los juegos originales: saltar y atacar. Sin embargo, nuevas habilidades como la esquiva rápida y el ataque en embestida añaden mayor dinamismo a los combates. La joya de la corona es el Guillotine Jump, un movimiento que permite impulsarse en el aire tras golpear a enemigos u objetos, abriendo posibilidades increíbles tanto en la lucha como en la exploración.
Estas mecánicas no solo aportan espectacularidad a los enfrentamientos contra jefes, sino que también convierten el recorrido por los escenarios en una experiencia fluida y emocionante. La sensación de control preciso hace que cada partida sea gratificante, incluso en los momentos más desafiantes.
Por primera vez en la saga, se introduce un segundo personaje jugable que cambia las reglas del juego.
Kumori, una ninja del Clan de la Araña Negra, se une a la historia de manera sorprendente, fusionando su alma con la de Kenji para darle nuevas habilidades. Gracias a ella, los jugadores pueden alternar entre ataques a distancia con kunai y movimientos especiales vinculados a los objetos que ofrece Muramasa en su tienda.
Uno de los añadidos más llamativos es el sistema Hypercharge, que se activa tras derrotar enemigos con ataques específicos de Kenji o Kumori. Este sistema no solo aporta variedad estratégica, sino que mantiene un ritmo vertiginoso en los combates, evitando que se vuelvan repetitivos. Además, las secciones de plataformas protagonizadas por Kumori llevan la dificultad clásica a un nuevo nivel, recompensando a los jugadores que buscan explorar cada rincón en busca de secretos.
The Game Kitchen consolida su reputación con un apartado visual y sonoro de primer nivel.
Si algo destaca en Ninja Gaiden: Ragebound es su impresionante pixel art. Los escenarios, los enemigos y las animaciones están cuidadosamente diseñados para rendir homenaje a la trilogía original, pero con un detalle y fluidez que rivalizan con los mejores títulos modernos.
La música es otro de los grandes aciertos: combina remezclas de los temas clásicos con nuevas composiciones que elevan la tensión en cada batalla. Incluso los efectos de sonido, desde los tajos de espada hasta el eco de un Guillotine Jump, están diseñados para ofrecer una experiencia inmersiva, especialmente al jugar con auriculares.
Ragebound ofrece una experiencia para todos, desde los nostálgicos hasta los más hardcore.
Aunque el modo Normal resulta desafiante y equilibrado, el verdadero reto llega con el Hard Mode. Este elimina la tienda de Muramasa y el mapa del mundo, obligando al jugador a superar niveles largos y exigentes sin apoyos, muy al estilo del Ninja Gaiden original de 1989.
Este nivel de dificultad puede resultar frustrante para algunos, pero para los fanáticos de la saga es un regalo que revive la intensidad del pasado. Además, la búsqueda de Escarabajos Dorados y las múltiples mejoras desbloqueables añaden valor de rejugabilidad, incentivando a los jugadores a perfeccionar sus habilidades y experimentar con diferentes estrategias.
Ninja Gaiden: Ragebound no solo es un gran regreso, sino un título que redefine el legado de la franquicia.
Al situar su historia de manera paralela a los eventos del primer Ninja Gaiden, Ragebound se convierte en una continuación espiritual perfecta. Con mecánicas frescas, un apartado artístico impecable y una jugabilidad que equilibra desafío y accesibilidad, el juego se consagra como uno de los mejores action-platformers de la actualidad.
En Mexgamer.com, donde te mantenemos informado sobre lo mejor del anime y los videojuegos, celebramos que Ninja Gaiden: Ragebound no sea solo un homenaje nostálgico, sino una obra maestra moderna que asegura que la saga Ninja Gaiden sigue más viva que nunca.