Un experimento narrativo que se transformó en una obra maestra de sigilo
Arkane Studios, conocidos por su enfoque innovador en el diseño de juegos, tenía entre manos The Crossing, un proyecto que mezclaba narrativa single-player con experiencias multijugador en línea. Sin embargo, el estudio decidió cancelar este ambicioso título para concentrarse en una nueva IP: Dishonored.
Esta decisión, aunque dolorosa, fue clave. Al liberar recursos y talento, Arkane pudo desarrollar una de las sagas más aclamadas del género de sigilo moderno. Dishonored no solo triunfó a nivel comercial y crítico, sino que se convirtió en una piedra angular del estudio francés.
Un universo prometedor que colapsó para salvar dos franquicias legendarias
Anthem fue lanzado con grandes expectativas, pero rápidamente quedó claro que el título no estaba listo. Problemas técnicos, falta de contenido y una dirección confusa sellaron su destino. Finalmente, BioWare canceló sus actualizaciones y anunció su cierre para 2026.
Lejos de ser un fracaso absoluto, el final de Anthem permitió que el equipo reorientara sus esfuerzos hacia Mass Effect y Dragon Age, dos franquicias que definieron a BioWare y que necesitaban urgentemente atención. Gracias al sacrificio de Anthem, ambos proyectos han retomado fuerza y enfoque.
Cuando un experimento sirve como trampolín para un fenómeno global
Paragon, el ambicioso MOBA en tercera persona de Epic Games, contaba con un diseño sólido y una base de jugadores moderada. Sin embargo, el ascenso meteórico de Fortnite cambió todas las prioridades del estudio. Paragon fue cerrado y sus recursos fueron redirigidos para alimentar al monstruo del battle royale.
Aunque Paragon fue descontinuado, su ADN vive dentro del éxito de Fortnite, tanto en términos de diseño de personajes como en ideas de jugabilidad. A veces, el éxito de uno necesita el sacrificio de otro.
Una saga de culto que dejó paso a un nuevo gigante multijugador
Titanfall 2 fue aclamado por su campaña innovadora y su fluido combate, pero su secuela fue interrumpida en pleno desarrollo. ¿La razón? Respawn decidió volcar sus esfuerzos en un spin-off que terminó siendo Apex Legends, uno de los battle royales más exitosos de la historia.
El resultado fue un cambio de rumbo que sorprendió a todos, pero que demostró ser un acierto. Aunque los fans de Titanfall aún esperan una nueva entrega, su legado vive en Apex, que heredó muchos elementos clave de la franquicia.
De los balonazos al automovilismo futurista
Knockout City, una mezcla de dodgeball y acción competitiva, tuvo un lanzamiento exitoso con millones de jugadores. Pero en lugar de expandirlo indefinidamente, Velan Studios optó por cerrar el juego y dedicar sus recursos a un nuevo proyecto: Hot Wheels Rift Rally.
El estudio priorizó la innovación y se alejó del modelo de servicio en vivo para explorar nuevas experiencias. Esta decisión les permitió expandirse creativamente y establecer una nueva dirección sin depender del mantenimiento constante de un título competitivo.