Muse ha sido entrenada con el juego Bleeding Edge, permitiéndole comprender mecánicas de juego en 3D, físicas y la interacción de los jugadores con el control. Esto abre la posibilidad de utilizarla para adaptar títulos antiguos a hardware más reciente, sin necesidad de rehacerlos desde cero.
El estudio comenzó con entrevistas a 27 desarrolladoras indie y AAA, con el fin de explorar cómo la IA generativa podría agilizar el desarrollo sin reemplazar la creatividad humana.
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Microsoft ha publicado los resultados de su investigación en la revista Nature, explicando las capacidades de Muse en la optimización de videojuegos. Además, han liberado la tecnología en Azure AI Foundry, lo que permitirá que más estudios experimenten con ella.
Aunque el uso de IA en los videojuegos ha generado polémica, Microsoft parece enfocarse en su uso como herramienta de apoyo, en lugar de reemplazar el trabajo humano.
Si Muse logra optimizar títulos clásicos para plataformas modernas, podríamos ver el regreso de franquicias olvidadas de Xbox sin necesidad de remasterizaciones costosas. Esto podría significar el relanzamiento de juegos de culto con mejoras en rendimiento y compatibilidad.
Microsoft no ha confirmado qué juegos podrían recibir este tratamiento, pero la iniciativa sugiere que más títulos clásicos podrían volver en el futuro.
El potencial de la IA en la preservación y optimización de videojuegos es enorme. Si Muse cumple su promesa, Microsoft podría facilitar el regreso de títulos clásicos, manteniendo su esencia original sin grandes cambios.
Con el acceso abierto a esta tecnología, más desarrolladores podrían explorar nuevas formas de revivir juegos antiguos, asegurando que títulos históricos no se pierdan en el tiempo.
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